miércoles, 29 de octubre de 2008

LA CONSTRUCCIÓN DEL MUNDO

Emprendo el trabajo cada día como quien emprende la construcción del mundo, un mundo que se abre casi milagrosamente en mi imaginación, incluso a veces se abre con mucha mas intensidad, como si se fueran acompasando las mañanas atrás con la nueva y la sensación fuera sumando en escala. Tengo la idea de que este vasto mundo no lo voy a comprender jamás, que incluso mi vasto yo, va a ser tarea ardua; la idea inicial de que sabría cómo llevar una librería una vez que fueran pasando los años, es equivocada. Cada día se abre un mundo y ahí estoy yo, cegada por su sol. Comprendo que una no nace, se hace, o aquello otro de que la vida es lo que va sucediendo mientras la planeas. En una sociedad en crisis, en un cambio de paradigma, como apunta mi buena amiga Rafaela, el sol es más intenso y la vida deja de pasar para hacerse un presente absoluto. La sensación de que habrá que aprender a vivir con el miedo me da escalofríos, mientras tanto voy acompasándome, investigo, pregunto y la realidad del tiempo vivido se enloquece. Pasan los años y sólo me doy cuenta cuando ya han pasado. Estoy en ello, me digo.

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