lunes, 27 de octubre de 2008

La crisis, que tanto nos ocupa


- Otra vez lloviendo- Otra vez –comento con cara de disgusto y un ufff escapándose entre mi alma y La Libre, entre este yo comerciante y este otro yo ecológico, asustada también por mi doblez.- Al menos llueve, y eso, eso seguro que es bueno- Seguro
Seguro que es bueno, me repito para mis adentros, y entro hacia el lugar del quehacer diario, con la ventana amplia y la lluvia cuando miro por el escaparate lleno de libros. Me siento feliz, en esta contradicción. La vista es preciosa, el cielo gris y la calle mojándose lentamente, esa lluvia feliz en su inocencia, en su trabajo lento y laborioso de llover.

Miro alrededor, cosas por hacer. Entra Mariano, el repartidor de un montón de distribuidoras de Madrid, sonriente, feliz igual, como si todo este avatar de que las cosas al menos están sucediendo, nos alegrara a todos. Hago el esfuerzo en mi miedo y sonrío amablemente, deja los paquetes firmo albaranes, números, centenares de euros desparramados entre esta lluvia y yo.
Estoy en el momento inflexivo de las mañanas, ese instante en que acudir a mi agenda. Voy a colocar crítica social. Voy hacia allá, difícil sección, tantas cosas pasando en el mundo. Libros de conflictos, de miserias, de egoísmos. Grandes autores como Bauman, Zizek, Kristeva, George, Bove… maravilloso mundo este que hemos creado, me digo.

Empiezo por Afganistán, Irán, Irak, Israel y Palestina. Cojo un pequeño libro de Aranguren maravilloso sobre este último conflicto. Hay una imagen fija: un chico con la cabeza vendada y el pelo ensangrentado, viniendo hacia mí, sin una pierna cojeando sobre tres palos en v, en un paisaje desértico y derrumbado de casas color barro y viento, en una situación que se nos escapa en una experiencia del saber sentir insuperable, otra gran dualidad que saltar en esta mañana del miércoles. Sigue lloviendo. No se cuál de las dualidades me ocupa mas.

Me siento a leer otro libro, reviso autor y fecha de publicación, observo si hay otros libros de él, el aspecto del libro. Leo las primeras 3 páginas, muy bueno, ¿quién es?, voy al ordenador, tecleo; tras toda comprensión en 5 minutos que puedo ofrecer decido que nos lo quedamos, sigo leyéndolo. Casi no puedo recordar nunca todo lo que leo, sólo proceso, hago conexiones, calculo, y sigo leyendo. Y así uno y otro. Son un 70% más o menos lo que decido que siga ahí, los coloco bien y ordeno, intento nombrar todo lo que puedo, no dejarlo sólo ahí en mi cabeza. Esta parte debo mejorarla.

Ya me he olvidado completamente de la crisis, cuando me doy cuenta me asusta un poco, no quiero dejar de estar en la realidad me digo, luego esto me parece una estupidez y acudo a una frase interior como esta “trabajar mientras tanto es la mejor opción, con la mente holística, puedes hacerlo, atenta, observa, respira”

En esta aserción se basa prácticamente mi idea de la crisis.
Salgo entonces a la calle, vuelvo a ver a Kike observando su terraza completamente mojada. Ha dejado de llover y huele maravillosamente, nos miramos desde lejos mientras hacemos un leve saludo, perceptible casi por sólo nosotros dos, también así hablamos de dinero, del intercambio, del fluir de la riqueza tras el trabajo bien hecho.

Suena el teléfono, salta el fax, número desconocido. Si me llamas, ¿vas a hacer que no sepa tu teléfono?, no entiendo nada y, lo que llego a entrever me aterra. Sigamos, voy hacia el fondo, limpiando el polvo con el plumero a mi paso, sección inmigración. Es curioso porque hay muchos libros que hablan y hablan de los conflictos, casi todos dicen lo mismo, explican algo desde otra realidad, los interesantes realmente son los escritos por propios habitantes del lugar del origen del horror, Palestinos hablando de Gaza, sin papeles hablando de sin papeles. El caso de los niños es diferente. Estos no hablan, son los adultos los que imprimen sus impresiones. Inmigración, pateras, guerras, contaminación de los espacios naturales, poder. Y luego niños. Entra una clienta, me muevo mas ampliamente, observando y saludo.

- Hola- Hola

Vuelve a llover, la terraza ha vuelto a quedar vacía, no recojo los periódicos que pongo fuera, en la puerta. Se mojará el primero y volverá a escampar. Luego lo retiraré. Son lluvias cortas y suaves, gotas gordas desplomándose como una música pesada. Pasa la nube. De nuevo el sol.
Voy haciendo caja poco a poco, poco a poco.

Carecen los días de esa desilusión que calculo a priori, por si ocurriese, el final, pero vamos tirando p adelante y todo va pasando melódicamente, solemos cerrar con el suficiente aunque eso ya, me temo, va siendo cada día mas difícil.
Los tiempos están cambiando, no hay duda, pero los niños siguen naciendo y heredando, ellos recomienzan una y otra vez. Veo pasar a Lola casi en vuelo.

- ¿Te puedo ayudar en algo? –le digo a mi clienta- No, gracias, sólo echaba un vistazo- Cualquier cosa me dices, ando por aquí colocando

Entra el sol iluminando el naranja del fondo. Encuentro libre a la gente que pasa a mirar libros. Es un aspecto de la humanidad que me sorprende. Vivimos en la abundancia completa, quizá no puedas comprar un libro pero nosotras llevamos vendiéndolos casi 4 años. Milagroso. Desconozco a quiénes no les interese nada, los que no cogen en la mano un libro y lo acaricien, o los que no citan alguno conocido que les entusiasmó; entre toda esta gente que pasa por aquí, no conozco el mundo, o el mundo se reduce a esto que para nada es el mundo. El gran privilegio de estar en un refugio, intentando descifrar lo que ocurre bajo la protección de estas paredes y este confort. - Perdona, pensándolo bien- Dime- Un libro para mi madre…- ¿Una novela? –interrumpo- No no, ella… bueno, ahora tengo una niña, y ella, ella no ha comprendido que yo haga las cosas como creo, no me deja, es una pelea continua, no acepta que me haya ido de casa, que tenga una hija… es raro ¿verdad?, pero un libro que le explique, quizá no exista y estoy diciendo bobadas, ¿sabes a qué me refiero?- Claro, no te preocupes – y toco su hombro, dándole confianza, haciendo tiempo, un libro de ésos, qué podrá ser, saco uno y no, Miller es demasiado íntimo ¿será esto a lo que se refiere?, se lo enseño, explico ampliamente el tema mientras recorro rápidamente títulos, no es este, podría haberlo sido, claro. Lo tengo, lo tengo, Ámame para que me pueda ir, lo busco, aquí está, le retiro suavemente el de Miller –creo que este mejor. - ¿Sí? –me mira incrédula, parece que está perdiendo confianza- Sí, si algo puedo ofrecerte es este, mira, abre una página, la leemos juntas, ¿SEMILLAS O BALAS? Subtítulo Un lenguaje consciente es un lenguaje responsable - y la dejo, me voy detrás del mostrador y ella cierra el libro, mira la portada, comprendo que no tiene ni idea de qué es esa pregunta y qué tipo de subtítulo es ese, pero ante ese no saber ella sigue leyendo buscando el reto, ya confía, en ese averiguar lee el primer párrafo y va entendiendo poco a poco, abriéndose la luz de una ventana en su techo, lentamente, y la va coloreando. Viene hacia mí mirando la portada, un montón de niños subidos a una noria, dejándose llevar entre la luz y la sombra- No me lo envuelvas, lo voy a leer primero, gracias -y está sonriendo desde que empieza a hablar, sin duda siente la solución cerca, y siente que va a cambiar su vida. Cambiar, a mejor, Benedetti cantado por Viglietti, ¿dónde estará ese disco?. Y le envuelvo el libro, y ella me mira, 14.90.- No era para envolver pero no importa- Es cierto, bueno, Ya me contarás, le digo mientras le doy el cambio- Te contaré
Busco una palabra acabada en –uria, sólo me sale lujuria pero no es ésta la apropiada, lo malo es que estamos de mudanza y he empaquetado el thesaurus; pero hablando de lo que nos ocupa, lamento profundamente lo de Cris. Se que algo he hecho mal, estas cosas no surgen por solamente una de las dos. Este fracaso amistad me entristece, siempre he sabido que Cris merece la pena, lo muy lamentable de todo es que ella no piense lo mismo de mí, de esta forma hablaríamos ahora, después de 3 meses del gran tema. Tengo la idea de que le contaría todo tal y como lo recuerdo, que no manipularía gestos o matices a mi favor, lo que entonces me parecía significativo para actuar con ella de este u otra forma, ahora ya ha perdido su prontedad, mis nervios calmados y lo que tuviéramos en común harían el resto: llegaríamos a una conclusión.
Con respecto a mi hermana (y habría que analizar porqué justamente hablo de ella después del párrafo anterior) también es algo que solucionar. Otro fracaso hermana de un dolor acoplándose con este otro dolor por Cris, aunque mucho mas potente, claro. Escoger las palabras que quiero decirle me está resultando una tarea de gigantes, cuando me empequeñezco enormemente con ella, a la que tanto quiero y por la que tanto duelo, no sólo por este aspecto conmigo, sino por con ella misma y la gente que le rodea ahora, mi madre, Wendi, Ana,… Sara… Ya se que lo se todo de segundas, qué mas da, algo le ocurre.

Hoy es mi día libre, respiro profundamente por las mañanas, todo el día para mí, no hay mejor invento, digo para mí misma. Trabajo en casa cada día, por supuesto, pero en la tranquilidad de mi casa y cerca de mi familia, que es un honor y un gustazo.
Anochece, y hay una fila de luces atravesando la montaña, la gente vuelve a Madrid. Se oye el gorjeo de las golondrinas y el cielo está lleno de insectos volantes. Suena abajo un concierto en la plaza del pueblo.

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